El PSOE ganaría las elecciones y sería el protagonista de la siguiente ley orgánica que no sentó muy bien a la oposición, hecho que quedo plasmado en un agrio debate parlamentario.
La nueva ley subvencionaría a la educación privada pero recibiría contrapartidas a cambio, además cumpliría con la constitución al permitir a los padres elegir la educación y el centro docente que quieran.
Se establecieron otras novedades en la nueva ley, como la aplicación de criterios a la hora de la matricula de admisión como la renta o la proximidad al centro educativo.
Como otras leyes esta también hizo su triunfal paseo por los tribunales, triunfal por que los jueces fallaron a favor del
PSOE puesto que estos habían respetado en todo momento la amplia base que la constitución aportaba.
Pese a todo muchos ciudadanos se manifestaron en contra de esta ley ya que a su juicio era injusta.